Buscando en Internet, leyendo en foros y hablando con gente, todo llevaba a Enrique de la Morena. Ni cortos ni perezosos, le llamaron y le explicaron mi caso, jajajaja, como dicen mis padres, como quien habla con un médico.
Enrique, les explicó todo sobre la raza y les animó a que leyese y estudiase todo lo posible sobre ella. Un consejo que todo criador amante de la raza debe hacer para grantizar que los nuevos propietarios conocen como será en el futuro su cachorro.
Tres meses después Enrique llamó a mi padre preguntándoles por mis notas y por la disponibilidad de tiempo que tendría durante el verano. El motivo era que le quería regalarme, como dice la tradición de los antiguos propietarios de Salukis, uno de sus ejemplares. Mi primer saluki, Hyrkanya Akbar, para nosotros Amir que para los persas significa rey, príncipe o jefe.
Lejos de arrepentirme de tener un saluki en casa, ‘ahorré’ para traer a Saba, que por supuesto es una Hyrkanya, Hyrkanya Terken. No era una cachorra cualquiera sino que era la hija de la primera Saluki que Enrique me dejó presentar en el Punto Obligatorio de Talavera 2012, Ch Monab Being Fabulous, y a la que finalicé su Campeonato de España (CAC+CACIB).
Saba llegó para quedarse y enamorarnos a toda la familia, porque los Salukis no son ariscos ni miedosos, son Salukis.
Y así empezó todo.